Tommaso Cassai Masaccio

Todas sus obras, retablos o frescos de iglesias, se centran en el tema religioso. La más temprana, La Virgen con santa Ana (c. 1423, Uffizi, Florencia), muestra la influencia de Donatello en las texturas realistas de las carnaciones y en la rotundidad de las formas. En el fresco de La Santísima Trinidad con San Juan y la Virgen (c. 1425, Santa Maria Novella, Florencia), la escena queda emplazada dentro de un marco arquitectónico clasicista en el que el espacio por vez primera tiene perspectiva. El retablo para la iglesia de Santa Maria del Carmine de Pisa (1426), muestra en el panel central la Adoración de los Magos (hoy en el Staatliche Museen, Berlín), donde el tratamiento se aleja del carácter decorativo tradicional propio del tema, en aras de una mayor simplicidad y austeridad. Otra de las grandes innovaciones de Masaccio —el empleo de la luz en el modelado del cuerpo y los ropajes— se observa en la serie de frescos (c. 1427) de la capilla Brancacci en la iglesia de Santa Maria del Carmine de Florencia. En ellos, Masaccio más que bañar las escenas con una luz uniforme, refleja en el espacio pictórico el equivalente a un foco lumínico único y direccional (la ventana real de la capilla), creando así un juego de luces y sombras (claroscuro) que proporciona a los temas un aspecto natural y realista desconocido en el arte anterior. Se trata de una serie de seis frescos, entre los que El tributo de la moneda y La expulsión del Paraíso se consideran obras maestras. La obra de Masaccio ejerció una profunda influencia en la evolución del arte florentino posterior, en especial en la obra de Miguel Ángel.
0 Response to "Tommaso Cassai Masaccio"
Publicar un comentario